España deberá tener respeto, pero no miedo. Con esa premisa habrá de acudir la Selección Sub-17 a la fase de clasificación para el Europeo que se dirimirá en Rumanía el próximo mes de marzo. Allí le esperarán los anfitriones, Austria y la siempre temida Italia. De todos ellos sólo uno obtendrá plaza en la cita europea de mayo en Turquía. Pues bien, si alguien se pensaba que los italianos eran el bloque invencible que han demostrado ser sobre todo a nivel Absoluto, el Torneo de Minsk que se está llevando a cabo estos días en la capital bielorrusa puede hacer que crezca la esperanza en los nuestros.
Y es que el conjunto transalpino no sólo ha quedado fuera de la final de dicho torneo, sino que además ha dejado bastantes dudas que le han llevado a tener que conformarse con disputar el partido por el tercer y cuarto puesto del próximo domingo. Las malas impresiones comenzaron desde el inicio, cuando en el encuentro inaugural los italianos tan sólo pudieron empatar a uno ante Moldavia, un país que ya está eliminado del actual Europeo Sub-17 tras caer en la primera fase ante Irlanda del Norte y Bélgica, lejos de ser grandes potencias. En el segundo choque, Italia sí pudo imponerse bien por 3-0 a Bielorrusia, que también está eliminada a manos de Eslovaquia y Escocia, contra la cual perdió 5-1. Pero las dudas han surgido en el último enfrentamiento del grupo, disputado esta mañana, y en el cual el futuro rival de España ha caído por 1-0 ante Rusia, éste ya sí un rival de gran nivel. Un tanto de penalti al filo del descanso ha echado por tierra las ilusiones de los azzurri, que no han demostrado posteriormente capacidad de reacción.
Por lo visto, Italia será un rival fuerte, pero no imbatible. Habrá que estar atentos al doble duelo amistoso de febrero ante Turquía, anfitrión del Europeo y equipo de verdadero nivel, para comprobar si su mal papel en Minsk ha sido un espejismo o no.
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