Fuente: ASDefienden
Roberto Olabe y
Ricardo Resta con la pasión de técnicos conocedores del campo y del despacho, y con un abrumador volumen de datos, este proyecto de
Liga de Filiales de los clubes de
Primera y
Segunda que así, a bote pronto, suena muy bien. "Creemos que el proyecto es bueno para todo el fútbol español: para los clubes, que así lo están entendiendo y que están empujando la idea y aportando sus sugerencias; para los jugadores, que pueden encontrar una puerta más grande y amplia por la que llegar arriba, y por supuesto para la Federación, que está informada, que naturalmente tendría la potestad organizativa y competencial y que es la que puede dar el paso adelante si entre todos vamos de la mano".
Habla
Roberto Olabe (41 años, ex guardameta de
Aurrerá,
Mirandés,
Alavés,
Salamanca y
Real Sociedad, club en el que estuvo diez años, cuatro como jugador, tres de entrenador y tres de secretario técnico y ahora director deportivo del
Valladolid tras otro paso por el
Almería). Pero su discurso inicial podría firmarlo
Ricardo Resta (38 años, jugador aficionado en el
Albacete, club del que ha sido preparador físico, segundo entrenador, coordinador del fútbol base y secretario técnico, amén de director deportivo del
Nàstic el curso anterior). Ambos huyen de cualquier amago de protagonismo, aunque a
Olabe se le podría calificar como uno de los padres de la idea y a
Resta como el hombre que ha recogido el testigo del día a día, las reuniones con los representantes de los clubes a través de una comisión ya de trece, muy representativa y con aportaciones también de los grandes porque el
Barça acudió a la última cita con
Begiristain y el
Madrid con
Bucero. Y se han producido también ya contactos muy serios con responsables técnicos cualificados de la
Federación para que estudien el proyecto, mediten los ámbitos de mejora y, si lo ven viable, lo dirijan hacia arriba para ponerlo en marcha.
Explica
Olabe un primer propósito de intenciones: "Esto no es cosa de unos iluminados y no habría coste alguno para los clubes que no sea mantener las partidas que ya destinan a sus canteras. ¿Cuánto costaría? No sale barato, pero la
Liga correría con todos los gastos, todos, y sus estudios de márketing y posible patrocinio o venta televisiva indican que es viable. Básicamente, yo inicié un trabajo de consultoría, el estudio de impacto de la realidad de los jóvenes, lo que juegan o la edad en la que debutan en
Primera y la observación de otros países".
Sigue
Olabe: "Ahora nos manejamos en un escenario de competición heterogéneo, de unos 1.200 jugadores filiales que compiten en
Segunda, Segunda B y Tercera. De los 42 clubes hay un equipo dependiente en
Segunda, 12 en
Segunda B y 26 en
Tercera. Y se va a menos. Un ejemplo: hace veinte años el
Castilla acabó campeón de
Segunda y el
Bilbao Athletic subcampeón, pero no ha habido consolidación y en
Segunda B se ha pasado de tener 18 equipos dependientes en la 2001-2002 a 12 en la 07-08. Más: el estudio de la campaña 2007-08 indica que la media de edad de la
Liga de Primera es de 26,5 años, superior incluso a los 26,4 de
Italia, pese a la veteranía de las plantillas de
Inter o
Milán o a los 25,6 de
Alemania, los 25,4 de
Inglaterra o los 25,2 de
Portugal.
"El impacto de la actual competición retrasa mucho el debut y consolidación de los jóvenes. Es muy difícil llegar, salvo para los que apuntan a figuras. El debut se da a los 21 años y los que se consolidan lo suelen hacer a los 23. Es normal porque el salto es grande y genera dudas y hasta desconfianza mutua: el chico no ve clara su proyección y el club tampoco tiene claro si existe nivel para llegar al primer equipo. Hoy por hoy, se retrasa todo mucho y los efectos colaterales los pagan los propios clubes formadores. Hay más gasto en conseguir la categoría que inversión en la formación de futbolistas. Por eso insisto en que hablamos de un proyecto vivo y en evolución, no es una amenaza para nada ni para nadie, sino la búsqueda de un método más favorable para el crecimiento".
Turno para
Resta, que explica las líneas programáticas del proyecto: "El boceto y sus modificaciones en los debates que ha habido convenció a los clubes, que van en serio. En una encuesta en
Primera, el porcentaje de los que no estaban de acuerdo con el modelo actual fue del 75%, por el 5% que sí lo veían bien y un 20% que no se pronunciaron. Y a la pregunta de si estarían dispuestos a participar en la
Liga de Filiales, un 80% dijo sí y un 20% con matices... que ya han despejado. En
Segunda estos porcentajes son similares".
El proyecto se antoja casi necesario y está muy bien pensado. Juzguen ustedes: "No habría ascensos ni descensos, pero se ha buscado darle siempre una intensidad competitiva, un período de estabilidad y que si un club baja no afecte a su filial en esta Liga. Competirían los 42 equipos repartidos en tres grupos de 14, distribuidos por criterios geográficos y en tres fases sucesivas. En la primera, se jugaría a un solo partido, con sorteo puro para decidir los choques que se disputarían en casa y los que serían fuera. Luego, los cinco primeros de cada uno de los tres grupos más el mejor sexto se clasificarían para una
Superliga de élite, es decir, 16 equipos pero ya a doble vuelta. Los otros dos grupos quedarían establecidos por el resto de equipos y continuarían en sistema de proximidad geográfica".
"El modelo permite luchar no sólo por ser el campeón de
España en la
Superliga, sino que se establece un sistema para clasificarse para una fase final, la tercera, con la
Copa en disputa y que se celebraría en la ciudad donde se juegue la final de los mayores o en alguna que quiera albergar el torneo como sede. En la
Copa participarían los cuatro mejores equipos de la
Superliga, con su campeón incluido, los dos campeones de los grupos de proximidad geográfica, y las otras dos plazas vendrían determinadas por un sistema de eliminatorias a partido único en función de la clasificación obtenida durante la segunda fase en esos grupos de proximidad".
Apostillan
Olabe y
Resta, con papeles y números documentados en la mano y el último borrador estudiado que "el objetivo de este nuevo sistema es ayudar a crecer más y mejor a los chavales y fomentar y generar incentivos de competición prácticamente hasta el final de la misma. La propuesta surge como una solución ante el posible riesgo de que, al no existir descensos, aquellos equipos que durante el desarrollo de la temporada no tengan opción a títulos, puedan dejar de tener interés y bajar su nivel de intensidad. De acuerdo a esta propuesta, casi todos los clubes tendrían posibilidades reales de optar a las dos plazas restantes para participar en la
Copa. Durante el desarrollo de la
Liga los equipos pelearían bien por el primer puesto (acceso directo a la
Copa), o en su caso por la mejor posición clasificatoria, que otorgaría, al ser eliminatoria a partido único, la ventaja del factor campo. Los cuatro últimos equipos de cada grupo de proximidad geográfica (y ésta ha sido una de las últimas modificaciones porque antes eran dos), quedarían eliminados. El equipo que más partidos dispute llegará a los 46 y el que menos a los 37, los chicos tienen duelos para dejarse ver".
Aspecto importante, los criterios de edades: "Se establecen como referencia las comprendidas entre los 16 años cumplidos y los 21 de acuerdo a las normas federativas. Se trata de centrarlo en los de 18 a 21, pero dejando la puerta abierta a talentos más jóvenes. Y en cuanto a extranjeros, un máximo de cinco... porque los clubes han aceptado y consensuado rebajar la primera idea, que era de diez".
¿Y los lesionados, tipo
Pires, que pidió en
Villarreal recuperar ritmo con el filial? "Pues el club decidiría siempre que fuese una lesión superior a 90 días y con criterios de baja y alta médica oficial. Y durante un tiempo limitado, con un tope de cuatro partidos y en los dos meses siguientes al alta médica. ¿Fechas y horarios? A consenso. Ojalá estuviésemos antes de diciembre debatiendo sobre ello...".
El borrdor:
-Inicio de la competición. Competirían los 42 equipos de
Primera y
Segunda repartidos en tres grupos de 14 y distribuidos por criterios geográficos.
-La Fase 1, a partido único. La
Primera Fase se jugaría a un solo partido y con sorteo para decidir cuándo en casa y cuándo fuera.
-Fase 2: dos competiciones. Los cinco primeros de cada grupo y el mejor sexto (16) pasarían a una
Superliga, ya a doble vuelta. El resto va a otros dos grupos.
-Fase 3: disputa de la Copa. Para disputar la Copa habría una fase final en la que participarían los 4 mejores de la Superliga (incluido su campeón), los dos campeones de los otros dos grupos y otros dos tras eliminatorias a partido único según clasificación.