Fuente: EFE
De la mano de
Mesut Özil, autor de un tanto y de dos asistencias de gol,
Alemania derrotó a
Inglaterra en una desequilibrada final y se llevó por fin al cuarto intento el único título continental que le faltaba en su glorioso palmarés, el
Europeo Sub-21. Como en todo el campeonato, el equipo que dirige
Horst Hrubesch exhibió una sólida defensa -un gol encajado en cinco partidos-; disciplina, una eficacia envidiable -hizo gol en sus dos primeras ocasiones- y el talento de
Özil, un jugador llamado a grandes metas, pero volvió a ser un equipo sin grandeza, ganador pero aburrido y pobre en juego.
Alemania no tuvo ningún rubor en tirarse atrás desde el inicio, tal como lo lleva haciendo todo el torneo, confiándolo todo a esperar el error ajeno y cazar algún contraataque. Salvo los cinco primeros minutos, en los que
Inglaterra salió como un tiro y
Theo Walcott -desaparecido el resto del partido- desperdició una buena ocasión, el resto se jugó como
Alemania quería: con el balón en los pies pero sin espacios,
Inglaterra mostró muchas limitaciones y no creó demasiado peligro.
El partido era un aburrimiento, como bien testificaron los pitidos desde la grada en el minuto 10, pero con
Özil en el campo nunca se sabe, aunque su técnico se empeñe en alejarlo del juego: el alemán bajó a recibir a su posición natural de "diez" y dibujó un pase perfecto a la espalda de
Cranie que
Gonzalo Castro, un jugador que llegó a entrenar con la sub'19 española, definió con clase.
El hermoso gol alemán fue de lo poco salvable del primer tiempo y le sirvió a
Alemania para ganar en confianza y animarse a salir un poco más de la cueva, aprovechando las dudas de su rival. De la mano de
Özil, por supuesto,
Alemania golpeó de nuevo al inicio de la segunda parte: un lanzamiento de falta desde más de 20 metros de
Özil que iba por el centro de la portería acabó en gol por la incompetencia de
Loach, que se tragó un balón increíble. Dos tiros entre los tres palos, dos goles: mayor eficacia, imposible.
Inglaterra tuvo el gol en un tiro de
Cattermole al larguero y un jugadón de
Milner -el mejor de su equipo- por el extremo que
Johnson remató de tacón, pero
Beck taponó cuando era gol. Y de nuevo
Beck, como contra
Italia, apareció bajo palos para sacar un remate de cabeza de
Cattermole. El cansancio y las urgencias inglesas provocaron que se rompiera el partido, y con espacio,
Özil fue ganando más aún en peso.
Alemania lo pudo liquidar en el minuto 77, pero el pase medido desde el extremo de
Özil lo desperdició
Wagner a puerta vacía.
Wagner se redimió, y de qué manera: en cinco minutos hizo dos goles, el primero a pase de
Özil y el otro un golazo junto al palo que certificó el dominio absoluto alemán en categorías inferiores. A un cuarto de hora y con 2-0 el técnico
Stuart Pearce dio entrada a
Rodwell, pero era demasiado tarde:
Inglaterra no tuvo reacción y acabó encajando una goleada exageradísima para el juego exhibido por
Alemania, eficaz como nunca y deudora del talento de
Özil.
4 -Alemania: Neuer; Boenisch, Boateng, Höwedes, Beck; Hummels (Aogo, min. 83), Özil (Schmelzer, min. 89), Khedira, Castro, Johnson (Schwaab, min. 69); Wagner.
0 -Inglaterra: Loach; Cranie (Gardner, min. 80), Richards, Onuoha (Mancienne, min. 46), Gibbs; Cattermole, Muamba (Rodwell, min. 77), Noble; Milner, Walcott, Johnson.
Goles: 1-0, min. 23, Castro; 2-0, min. 48, Özil; 3-0, min. 79, Wagner; 4-0, min. 84, Wagner.
Árbitro: Bjorn Kuipers (Holanda). Amonestó con tarjeta amarilla, por Alemania, a Boenisch y Wagner.
Incidencias: Final del Europeo sub 21 disputada en el Malmö New Stadium (Malmö).