Fuente: JUANMA TRUEBA (AS)
Superado el
Clásico, y puestos a indagar en las diferencias entre el
Barcelona y el
Real Madrid, la cantera aparece como el primer elemento de distinción. La influencia de unos canteranos y otros se advierte sin necesidad del curso de entrenadores, pero tiene además una constatación numérica. Mientras los 16 canteranos del
Barça copan el 60,2% de los minutos jugados por el líder en todos los torneos, los siete del
Madrid sólo alcanzan el 26,4%.
Si profundizamos en la estadística, el precipicio se hace más profundo. De los siete canteranos del
Madrid, dos suman tres minutos sobre el césped (
Mosquera y
Marcos Alonso) y otros dos son treintañeros en el último tramo de sus carreras:
Raúl (40%) y
Guti (28%). Sólo
Casillas (95%),
Arbeloa (75%) y
Granero (50%) aparecen como representantes activos y significativos, si bien los dos últimos tuvieron que brillar en otros clubes para que se advirtiera su utilidad.
En el
Barça, que dobla ampliamente los números del
Madrid, la mayoría del equipo titular procede de
La Masía:
Valdés (92%),
Puyol (82%),
Piqué (73%),
Xavi (82%),
Busquets (65%),
Iniesta (62%) y
Messi (79%). Y tras ellos, se prepara un relevo que dispone de buenos y suculentos minutos para expresarse:
Pedro (57%),
Bojan (29%) y
Jeffren (15%), seguidos, a su vez, por
Dos Santos (5%),
Fontás (4%),
Soriano (2%),
Thiago (1%) o el israelí
Gai Assulin (1%).
Para cerrar el aluvión de porcentajes, un detalle que descubre un ideario: a
Bartra, quien menos ha jugado de los jóvenes,
Guardiola le confió la responsabilidad de disputar 30 minutos contra el
Atlético de Madrid.
Selección.El reparto de fuerzas en la
Selección española también nos permite extraer conclusiones abrumadoras. Mientras el
Madrid aporta a
Casillas y
Arbeloa, el
Barça reúne a todos sus canteranos titulares con la excepción obvia de
Messi y la no tan obvia de
Valdés.
Caso aparte suponen los internacionales
Mata,
Negredo y
Cesc. Los dos primeros, formados en la cantera madridista, abandonaron el club blanco sin disputar un solo minuto oficial con el primer equipo, entrenado por
Capello cuando ambos destacaban en el
Castilla. Dicho de otro modo: no se les dio ni una sola oportunidad con fuego real.
Más miopía.Cesc, criado en
La Masía, ejemplifica otro problema de miopía: fue reclutado por el
Arsenal de
Wenger cuando tenía 16 años y ya había sido designado mejor jugador y máximo goleador del
Mundial Sub-17 de Finlandia. Tampoco tuvo la ocasión de jugar con la camiseta del primer equipo.
Centrados en el fútbol base, hay otras consideraciones que explican la diferencia
Barcelona-Madrid. Mientras en
La Masía se respeta la filosofía implantada por
Cruyff hace ya 20 años (
Xavi es una versión mejorada del
Guardiola mediocentro),
Valdebebas ha oscilado, en la última década, entre
Ramón Martínez y
Míchel (estilos contrapuestos), pasando por la breve dirección de
Javier Lozano.
También desde este punto de vista se comprende la paciencia de unos y la urgencia de los otros, así como el corte de los jugadores que salen de
La Masía, adaptables, desde el primer momento, al juego de un gran
Barça que empieza en lo pequeño.