“Querido líder”. Así es como conocen los norcoreanos a Kim Jong Il, la cabeza visible del régimen totalitario que ha situado a Corea del Norte en el mapa tras realizar varias pruebas nucleares de alto riesgo durante el pasado año. La grave crisis, el bloqueo de los países colindantes y la militarización masiva de sus habitantes le convierten en un estado conflictivo. Así, no es fácil ser deportista de élite y salirse de lo común. A los turistas, por ejemplo, les están prohibidos las cámaras de vídeo, las radios, los GPS o los teléfonos móviles.
Sin embargo, la fuerte rigurosidad con la que los técnicos trabajan con los deportistas están obteniendo resultados en categorías inferiores para orgullo de Kim Jong Il. Maratonianas sesiones de entrenamiento que han conducido a la Sub-17 a ser el segundo mejor equipo de Asia —ya fue campeón en 2004—, a la Sub-20 a dominar el continente y a la selección femenina a ser campeona del mundo Sub-20. Un gran éxito para un país sin recursos.
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