Con permiso de los brasileños —reyes absolutos de la cantera con 20 títulos internacionales—, España y Argentina ponen hoy en liza en el Mundial Sub-17 de Corea a las otras dos mejores escuelas futbolísticas del mundo. Por números, así se debe considerar. España posee 14 entorchados y Argentina cierra este triángulo mágico con 13 triunfos. Todos los demás países, cualesquiera que sean, están lejos de alcanzar estas cifras, por lo que no cabe duda de que el encuentro que cerrará el grupo C es un lujo, más teniendo en cuenta las alturas de Mundial en que se disputa.
No habrá en juego más que la primera plaza del grupo. Un botín que España tiene casi en su mano tras ver cómo los argentinos tropezaban ante Siria a las primeras de cambio, pero que conlleva la trampa de acceder a la misma parte del cuadro que Brasil. La derrota de la canarinha ante Inglaterra le convierte en una bomba de relojería para semifinales y por eso ser líder de grupo no termina de convencer a nadie.
España, a la que le vale el empate, podría introducir varias caras nuevas en su alineación. Sabido es que la acumulación de minutos es un riesgo en una competición tan compacta y por eso Santisteban maneja la opción de dar entrada a futbolistas de refresco.
Uno de los que podría descansar es Bojan. La estrella española está a buen nivel, pero todo lo que sea reservarle agrandará su figura en el futuro. Con él o sin él, España tiene que empezar a demostrar que ha viajado a Corea a por el título. Ya se sabe que para ganar un Mundial hay que superar a los mejores del mundo y Argentina es la primera prueba.
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