Caras alegres e ilusión por las nubes tras el estreno de la Sub-17 en el Europeo de Turquía. La buena imagen ofrecida ante Suiza en el debut ha disparado el estado de ánimo entre la expedición española, que sin embargo no quiere que un exceso de euforia se implante en el equipo. Por eso, sin tiempo casi sin asimilar el cómodo triunfo ante el combinado suizo, los integrantes de la Selección han llevado a cabo una suave sesión de entrenamiento para continuar con la actividad propia de un torneo así. Los que ayer fueron titulares se han entrenado a menor ritmo, apenas unas vueltas en carrera continua y un partido de futvoley, y los que fueron suplentes y no jugaron sí que han tenido que esforzarse más, primero con unos ejercicios de explosividad y reacción y finalmente con un partido en dimensiones reducidas. En todo momento se ha visto un ambiente favorable, aunque estricto en algún caso como debe ser a este primerísimo nivel. Curiosamente, en el campo aledaño se ha ejercitado la selección francesa, próximo rival de España, que ha impedido que la prensa gráfica española tomara instantáneas de su sesión en una medida sin igual en un Europeo de cadetes y juveniles. En el partido del miércoles se verán todas esas estupendas cosas que de momento prefieren no enseñar.
Después de comer y relajarse, ha llegado la hora del estudio. No hay que olvidar que estos chavales han dejado el colegio por unos días para participar en el Europeo y los seleccionadores inciden mucho en que sigan con su formación académica al día, para lo que les ponen ejercicios y deberes que deben realizar con éxito ante la atenta mirada de Ginés Meléndez, profesor y educador además de entrenador. El resto del día ha estado dedicado al descanso. Unos han aprovechado para hablar con sus casas, otros han disfrutado de la sala de juegos del hotel y también de la magnífica piscina que, como se ve en la imagen, tiñe de azul este Europeo que ojalá acabe de rojo el próximo 16 de mayo.
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