martes, 15 de mayo de 2007

Con el crack Bojan se puede soñar (1-0)

Que las finales no se juegan, sino que se ganan, es un dicho futbolístico muy antiguo que es fácil de memorizar, pero difícil de explayar sobre un campo. Ayer la Sub-17 lo llevó a la práctica con una sobriedad pasmosa, como si domingo tras domingo tuviera que jugarse un título europeo. Sin duda hizo más fácil este hecho la presencia en la delantera de Bojan, un jugador sin parecido alguno en España y que si sigue progresando promete grandes tardes de gloria para los intereses nacionales.

No es que su partido fuese para enmarcar y enseñar en las escuelas, pero hizo lo que acostumbran a hacer los grandes, es decir, marcar en el momento adecuado, destacar cuando hay que hacerlo, sobresalir del resto para marcar goles decisivos, para dar títulos a su equipo. Con un tiro raso nada más comenzar la segunda parte certificó que está hecho de una pasta diferente. Apareció en semifinales y ayer hizo lo propio en la final. Un crack.

Por lo demás, el encuentro dejó claro que también hay que enseñar a no regalar las finales. Lo saben los técnicos, se lo dice su experiencia, y con esa doctrina salió España al campo. No se puede decir que el miedo atenazara a los jugadores, pero sí un respeto considerable por el contexto y el premio en juego. Que la táctica se anteponga al talento natural es algo que no gusta al aficionado, pero es innegable que también entra dentro de lo que debe ser la formación de un futbolista. Hay pocas finales que resulten atractivas por la tensión que se vive y la de ayer no fue ninguna excepción.

Y eso que si alguien quiso dar el primer paso en esta cuadriculada partida de ajedrez ése fue España. Aprovechando la inspiración de Iago por la banda izquierda, la Sub-17 fue encontrando vías por las que desencorsetar el encuentro. También lo tuvo a balón parado, por mediación de Bojan, pero hacía falta mucho más que un par de amagos para hacer daño a los ingleses y para balancear la final hacia el lado deseado.

En concreto hacía falta la continuidad en las acometidas y eso se logró en un buen arranque de la segunda mitad. En ese tramo, Bojan y Fran Mérida conectaron con peligro varias veces hasta que el delantero del Barça marcó con la izquierda el gol que acercaba a los chavales a la gloria. Lejos de encerrarse atrás y defender el botín logrado, España siguió mandando en el juego y pudo incluso aumentar su ventaja, pero el árbitro anuló otro gol a Bojan. Inglaterra poco a poco hincaba la rodilla. Había llegado muy lejos pero su viaje terminaba ante el poderío del rival. Era el sueño de Bojan. Y con él, el sueño de futuro de todos los aficionados españoles.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Una curiosidad:Luís Aragonés,el pasado mes de junio,tenía pensado cambiar el organigrama de las categorías inferiores,de hecho dijo quería rejuvenecer el equipo técnico de la federación,pues bien desde entonces España ha jugado 2 campeonatos de Europa y en los 2 se han traido la copa......vista comercial la del todavía seleccionador español.....