La Sub-21 continúa trabajando a caballo entre dos generaciones: la nacida a partir del 86, brillantemente clasificada para la fase final del Europeo que se disputará este junio en Suecia, y la integrada por nacidos a partir del 88, que desde septiembre comenzará la fase de clasificación del próximo Europeo, el que se juegue en 2011 en Dinamarca. Por eso mismo se han diferenciado claramente estos dos grupos de trabajo ya que los objetivos y los procesos de formación no son los mismos. Mucho menos trabajada se encuentra la nueva hornada y por eso se han reservado a ella los últimos amistosos de la Sub-21, ante Portugal y Noruega, para ir dando con la tecla que permita conformar nuevamente un conjunto competitivo y rocoso que dé lo mejor de sí mismo desde septiembre y logre estar en la cita de 2011, importantísima porque presumiblemente repartirá plazas para los Juegos Olímpicos de Londres. Aún así, no se debe olvidar que en apenas tres meses comienza la fase final del Europeo de este año, por el que se ha luchado y sufrido durante dos temporadas. Por lo tanto, cualquier partido de preparación viene bien para comprobar el estado de un equipo totalmente consagrado y que viajará a Suecia con la intención de ser campeón.
Es por eso que el doble enfrentamiento que espera a la Sub-21 para los días 27 y 31 de marzo se divida según estas dos generaciones. La venidera, la del 88, disputará el primer partido en Irlanda el día 27, mientras que la que concluye ciclo, la del 86, se enfrentará a Suecia en Orihuela en el segundo de ellos. Ante tal cuestión, la Federación no tendrá más remedio que anunciar dos listas diferentes de futbolistas, una para cada encuentro, por lo que se prevé que, sobre todo en la que viaje a Irlanda, se dé entrada a muchísimas novedades, pues en total serán casi 40 los jugadores que representen a España en estos dos encuentros. En los casos de chicos que puedan ir con ambas generaciones, como por ejemplo Bojan, Capel o Mata, se dará prioridad al partido ante los suecos preparatorio para el Europeo que ellos mismos organizarán. Hay donde elegir y el grifo de jugadores no cesa. El mejor ejemplo es poder conformar dos selecciones Sub-21 para una misma convocatoria. Un lujo al alcance de muy pocos.
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