La disputa en Nigeria del Mundial Sub-17 ha mermado la presencia de ojeadores europeos. El motivo son los altos índices de criminalidad del país africano. El Ministerio de Asuntos Exteriores español recomienda que no se viaje allí salvo causas de fuerza mayor. Por eso, los atrevidos que han acudido van fuertemente escoltados. Es el caso de Arkaitz Mota, ojeador del Madrid, que se decidió a viajar después de que el cónsul español en Nigeria le asegurase protección por parte de las fuerzas militares nigerianas. No es la primera vez que Mota se adentra en Nigeria y conocía el riesgo.
Ningún otro club de la Liga ha enviado scouts y han preferido que vayan al Torneo Internacional Sub-16 de Francia. Algo parecido ha pasado en la Premier. Francis Cagigao, el ojeador español del Arsenal, hizo caso a la orden de Wenger de acudir a Nigeria, pero para ello el club gunner le facilitó escoltas privados y chófer. Sólo así se garantizaba su seguridad.
Por otra parte, la delegación española visitó ayer al Emir de Kano, la ciudad en la que juega. Al acto sólo fueron algunos de los jugadores que no actuaron ante EE UU, además de los jefes de expedición. Kano fue un emirato independiente hasta la creación de Nigeria, aunque mantiene cierta autonomía. Por la tarde, el equipo retomó los entrenamientos.
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