La Liga de Infantil de Honor era un coto cerrado para cualquier equipo que no fuera la Real Sociedad desde que Xabi Alonso primero, Mikel Arteta después, y Murillo, más tarde, guiaran al Antiguoko al título de la categoría en un trienio mágico (94/97). Desde entonces el club txuri urdin se ha impuesto ininterrumpidamente pero este año la historia puede dar un giro radical.
Una hornada de futbolistas de entre trece y catorce años, que defiende el escudo del club antiguotarra, se ha convertido en un rodillo que no deja de ganar. «Llevamos tres años sin perder en Liga, desde alevines. Es una anécdota, porque a estas edades incluso las derrotas vienen bien, para aprender a comportarse ante un marcador es adverso, pero lo cierto es que el grupo de chavales al que entreno se encuentra en plena progresión. A los distintos títulos ligueros logrados hasta el momento hay que sumar numerosos torneos».
Son las palabras de Pablo Blanco, técnico de 31 años con seis de andadura en el club, que relata la gran temporada que su conjunto está realizando. «Estamos inmersos en la segunda fase de la Liga. Hemos jugado dos veces contra la Real, ambas en Berio, y les hemos ganado por 2-1 y 4-0. De todas formas, aún falta mucho. Les llevamos seis puntos y quedan once partidos, pero todavía tenemos que visitar Zubieta. No nos obsesiona el título, pero sí que nos haría mucha ilusión ganarlo después de tantos años».
El entrenador celeste apuesta por que sus jugadores se diviertan. «No nos obsesiona la Real, es un pique inexistente. Aunque a mis jugadores puede motivarles más, siempre les inculco que al rival hay que respetarlo. La Real tiene un equipazo y el Kostkas también da guerra. De hecho, le ha ganado a la Real. A estas edades, como técnico, lo que me gusta es apreciar que el nivel es alto en la categoría y que, valores como la deportividad, la competitividad y el saber perder aparecen cada fin de semana en los terrenos de juego. Mis jugadores y sus rivales son muy jóvenes, no deben preocuparse más que de divertirse, pero es interesante que desarrollen estos valores, porque les van a ser útiles para el futuro, en el fútbol y fuera de él».
Por encima de los resultados, Blanco redobla sus esfuerzos en conseguir que sus jugadores sean polivalentes y prueben en todas las posiciones para no cerrarse en banda y descubrir sus diferentes virtudes en cada vericueto del terreno de juego. «A esta edad hay facetas que aún no controlan. El juego aéreo, por ejemplo. El miedo al balón aparece, el fútbol a estas edades no está plenamente desarrollado, pero mis jugadores empiezan a descubrir nuevos aspectos».
El equipo tiene una media de altura muy elevada, con varios jugadores que se acercan al 1,80. Empezando por los porteros. La retaguardia del equipo está defendida por dos auténticos valladares. Asier Capilla, un meta de 1,78, alto, completo, que domina todas las facetas del juego, y Adrián Agüeros, que va ganando en envergadura y velocidad, y con unos reflejos de felino. «El primero ya ha debutado en Cadete Vasca parando incluso un penalti en su estreno». Es un especialista en estas lides.
Marco Larrañaga e Ignacio Renovales ejercen de carrileros. El primero, con 178 centímetros de altura, ya sabe lo que es jugar en cadetes y gracias a su físico ha seguido marcando diferencias. Su dureza le permite colocarse como central, y su zurda y su velocidad posibilitan que salga con el balón jugado. En el flanco derecho, Ignacio Renovales hace valer su velocidad y su envergadura física. Es un fijo de la selección de Euskadi, en la que el Antiguoko cuenta con cinco jugadores, máximo permitido por equipo, por los cuatro de Athletic y Real. Ion Sarasola, Xabier Landa y Pablo Carbonero completan la nómina de defensas. «Los tres tienen condiciones para jugar en los laterales e incluso de centrales».
Blanco destaca la cantidad de zurdos que hay en el equipo. Sorprende, pues es una especie en extinción. «Iker Ramos, el capitán, se encarga de sacar los córners y faltas. Ibai Lekuona, sin ser zurdo, es ambidiestro pero si le ves golpear con la izquierda te quedas maravillado. Luis Egaña, que juega de medio centro, baja la media de altura, pero su habilidad y visión de juego le permiten destacar». Por la derecha, Peio Martin y Aitor Urrutia se alternan. Ambos han vestido la camiseta verde de Euskadi. Martín Zozaya y Julen Gómez tienen una capacidad de desborde y regate que sorprende en Berio.
Y en punta de ataque, Iker Hernández -hijo del ex portero de la Real Patxi- está pulverizando todos los registros. Lleva 42 goles y eso que no ha disputado los veintidós partidos que se han jugado hasta ahora, porque suele jugar también con los cadetes. El resto de goles se los reparten Eric Ruiz, Julen Turrillas, máximo anotador el año anterior, e Íñigo Fernández, que asiste más que marca.
Durante la próxima Semana Santa, el Antiguoko se medirá a equipos como el Atlético de Madrid, Zaragoza, Celta y Osasuna un el torneo Ciudad de Zaragoza. «Estos torneos son los que mejor nos vienen, porque los equipos que participan tiene potencial para ganarte y viene bien que mis jugadores pongan los pies en la tierra. Según se hagan mayores, verán que no siempre se gana, y de esa forma se irán curtiendo».
1 comentario:
Este equipo ahora está en cadete liga vasca y van primeros por delante de Athletic, Barakaldo, Real ..., no siguen todos, algunos se los ha llevado la Real, otros lo han dejado y hay algunos nuevos que ayudan a mantener el nivel.
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