
Asmahan es una ferviente seguidora del fútbol. Le encanta verlo y, sobre todo, le encanta practicarlo. Pero este fin de semana un desagradable incidente le ha hecho saltar a la palestra. Resulta que durante la disputa del torneo Jean Charest, en Quebec, y cuando había jugado ya dos encuentros con su equipo, el árbitro del tercer choque le obligó a quitarse el velo islámico con el que protegía su cabeza y que llevaba tal y como dicta el hiyab, el código de vestimenta islámica. Ante su negativa a retirárselo y pese a las razones -de índole religiosa- dadas al colegiado con respecto a su indumentaria, éste decidió expulsar con roja directa a Asmahan, lo que llevó a su entrenador a retirar al equipo inmediatamente de la competición.
Las reacciones no se han hecho esperar. La Federación de Quebec ha reiterado que está prohibido llevar cualquier tipo de vestimenta que no sea la equipación oficial y apoyó al árbitro por su decisión, pero la Prensa, los partidos políticos y la sociedad canadiense han puesto el grito en el cielo por lo ocurrido. Tan es así, que la FIFA va a tomar medidas en el asunto para que no se vuelva a repetir. Hay que recordar que el máximo organismo sí permite el uso del velo en partidos femeninos de países islámicos.