
En los anales vendrá inscrito dentro de unos años que
Nigeria se llevó el
Mundial Sub-17 que desde hoy ya es historia. Enhorabuena. Pero si alguien puede presumir de campeones, de futbolistas de
Primera y de verdaderas promesas, ésa es
España. Da igual que unos penaltis indiquen lo contrario. Por coraje, por rabia, por calidad, por conocimientos, la
Selección demostró que no hay conjunto en el mundo más completo en esta categoría. Ni siquiera la potente
Nigeria y ni siquiera con
Bojan en la grada, borrado del mapa sin explicación alguna. Probablemente eso ya se sabía, y se sabe, porque los africanos tuvieron que recurrir a los penaltis cuando todo el mundo les daba por claros favoritos. Una lotería que a veces toca, como ayer al portero
Ajiboye, pero otras muchas no.
Lo importante es comprobar que hay un estilo, una filosofía concreta, y que a base de cultivarla tiene que traer sus frutos dentro de unos años en la
Absoluta. Esta maravillosa quinta del 90 es fiel reflejo de que existe material para soñar. Pero la del 91 brillará igual. Y la del 92. Y la del 93. Es el fútbol alegre de nuestros colegios, de nuestros parques, de nuestras calles. Por eso es cuestión de tiempo que estos jugadores, y sus antecesores, emanen todas sus virtudes a borbotones en alguna cita importante del primer equipo. Falta poco para ello.
De momento, los chicos de la
Sub-17 se llevaron una decepción que les durará unos días y que guardarán por siempre en recortes de periódicos como este. Pero, sin saberlo, se hicieron mayores, se hicieron futbolistas, y eso vale más que cualquier título.
De Gea, Camacho, Iago, Aquino, Fran Mérida, por poner ejemplos, están ya en la retina de todos. Hace meses jugaban casi por placer; mañana les ofrecerán contratos que solucionen su vida y mejoren los que en la actualidad ya disfrutan.
Entristece que esta noticia no viniera acompañada del título, porque los esfuerzos fueron notables para que el dilema de los penaltis no se produjera. Tampoco
Nigeria se arrugó. De hecho fue
Rafeal el que asustó primero tras un buen recorte a Nacho, aunque la opción más clara de adelantarse en el marcador la tuvo el central
Sergio al borde del descanso al estrellar el balón en el defensa que seguía un córner en la misma línea de gol. Con el paso de los minutos el marcador fue pesando más y eso hacía que cualquier error pudiera ser definitivo. Había ambición en los dos conjuntos y bastantes llegadas, lo que convirtió el encuentro en un intercambio de golpes muy interesante para los aficionados.
En uno de ellos, el último de los nigerianos en el tiempo reglamentario,
De Gea salvó a
España. Fue gracias a una intervención antológica, una palomita efectiva que hizo posible la prórroga y dio opción a que su equipo siguiese optando al
Mundial. Con los penaltis a la vuelta de la esquina, los equipos plegaron velas, aunque siempre fue un poco más generosa
España, que pudo pagar sus valentía con un zapatazo de
Akinsola desde más allá del centro del campo que repelió el larguero. Iago, para no ser menos, también se topó con la madera y el empate sólo lo pudieron deshacer los penaltis. En ellos le tocó la gloria a
Ajiboye. Al mismo tiempo, 21 jóvenes españoles se convirtieron en campeones morales para toda la afición. Felicidades.
0. ESPAÑA: De Gea; Nacho (Alex, 67'), Sergio Rodríguez, Rochela, Morgado (Illarra, 106?); Camacho, Fran Mérida; Iago Falqué, Lukas Porcar (David González, 80'), Isma; y Dani Aquino.
0. NIGERIA: Ajiboye; Mustapha Ibrahim, Udoh, Joshua, Edile; Osanga (Akinsola, 72'), Alfa (Abdulkarim, 95'), Rabiu Ibrahim, Rafeal (Isa, 46'); Osen y Chrisantus.
PENALTIS: Edile, gol (0-1). Illarra, fuera (0-1). Joshua, gol (0-2). Fran Mérida, para Ajiboye. Oseni, gol (0-3). Iago Falqué, para Ajiboye (0-3).
ÁRBITRO: Yuichi Nishimura (Japón).
TARJETAS: Lukas Porcar, Fran Mérida, Rafeal y Abdulkarim.
ESTADIO: Seoul World Cup Stadium (Seúl).