Bojan no camina solo hacia la final del Mundial Sub-17 (LaSexta, 12:00)

Un día es De Gea quien salva a su equipo con paradas antológicas. Al siguiente Fran Mérida hace el pase milimétrico con el que sueñan los delanteros. Si no, lo hace Iago. Y si ninguna de las combinaciones cuadra, Aquino aparece al rescate. Ellos cuatro, como el resto de componentes de la expedición española que hoy se juega el pase a la final del Mundial Sub-17, han demostrado que para llegar a lo más alto hace falta mucho más que el talento infinito de Bojan. Desde luego, contar con el recurso casi siempre fiable del delantero del Barcelona asegura muchas opciones de éxito. Pero no todas. Por eso el mérito de todos y cada uno de los concentrados en Corea debe pesar igual. Y así es.

La unión, el engranaje del conjunto como bloque, puede con todo. También con el músculo, ese don que los africanos cultivan sin apenas ejercicio y que sirve para ganar carreras, pero no siempre para meter una pelota en una portería. Esta Ghana no es diferente. Tiene virtudes técnicas muy recalcables, pero siempre menores a las de España. Cuenta con la experiencia de sus jugadores, pero ninguno milita en la Liga o ha entrenado con figuras mundiales. Está motivada por el hecho de enfrentarse a una potencia como España, pero los nuestros también, pues buscan el único título que les falta a las categorías inferiores. Muchos números para esta particular lotería de las semifinales. Bastantes para Ghana por su aplastante dominio del plano físico, aunque la mayoría para la Selección, que además viene de salir viva del calvario de los cuartos de final ante la vecina nación francesa.

Por eso haría mal Ghana en centrarse única y exclusivamente en Bojan. Primero porque aparecerá en el momento menos esperado, como hace siempre, y segundo porque detrás de él hay cimientos de sobra como para sustentar sus obras de arte. Hace falta fuerza para derribar a este equipo. Hace falta mucha fuerza. Queda por saber si Ghana tiene la suficiente.