Ghana asegura tener a sus Sub-17 con la edad en regla

Habría que dar las gracias a Greulich y Pyle, los dos investigadores que crearon un atlas en 1959 por el cual se puede comparar con exactitud la edad ósea con la edad cronológica, pero también a la FIFA, que desde 2001 usa estos métodos para que no haya trampas con respecto a la edad de los jugadores en categorías inferiores. Tarde, pero efectivo, porque sospechosamente los equipos africanos han dado un bajón considerable en relación a la década de los 90, en la que Ghana y Nigeria contaban casi sus participaciones por victorias.

Ahora todo ha cambiado. Los jugadores africanos siguen destacando por su presencia física, pero no existe el descontrol de antaño, casi siempre procedente del mismo continente. Todos los equipos que participan en este Mundial han pasado por el análisis carpal de los médicos de la FIFA. Una prueba que consiste en ver -mediante resonancia magnética- el estado de los cartílagos de la muñeca y sustraer la edad exacta a través de la tabla de Greulich y Pyle. Sin trampas, sin líos de pasaporte. Sólo enfrentamientos de tú a tú entre chicos de 17 años garantizados por el progreso de la medicina. Con este método, totalmente infalible, no es necesario realizar ningún examen con ADN.

No es que tranquilice por completo a la expedición española, pero saber que se realizan este tipo de pruebas fortalece más la idea de que se está jugando limpio. Eso sí, el médico de la Selección, Jesús Jiménez, tiene una reivindicación: "Nos gustaría que el resultado de estas pruebas fuese público. A nosotros nos han confirmado que estamos en la legalidad y querríamos saber que Ghana también".

Una resonancia magnética en la parte anterior de la muñeca izquierda es suficiente para comprobar la edad ósea de cada jugador. Para ello se ve el nivel de desplazamiento de los cartílagos, que no dejan de crecer hasta los 20 ó 21 años, y se compara después en la tabla de Greulich y Pyle (en el gráfico de la derecha), por el cual se puede saber la edad exacta del intervenido. Todos los sistemas antiguos, como el del estado de los dientes, han quedado atrás una vez comprobado que la muñeca es la mejor indicadora de los cambios de edad. La madurez ósea se determina por el grado de mineralización de los huesos y se evalúan los huesos del carpo, metacarpo y falange de los dedos, además de una serie de procesos de desarrollo que aparecen de forma regular durante el crecimiento.