España avista la gloria (LaSexta, 12:00)

Algo hace pensar siempre que las injusticias, como las catástrofes, no vienen seguidas de otras injusticias. Por eso la mejor fecha para montar en avión es justo al día siguiente de un accidente. Cuestión de estadística. Por eso es necesario pensar también que el destino le tiene guardada una a Bojan y que el delantero del Barça tiene mucha prisa por cobrarse.

Sus lágrimas, sus vueltas en la cama, su profunda decepción por estar sancionado en la final de hoy a causa del abominable sentido común de un mal árbitro brasileño tendrán premio si hoy sus compañeros le hacen justicia. Para ello deben ganar la final de un Mundial, que se dice pronto, pero cualidades y ánimo abundan como para lograrlo. No hay mejor prima para ellos que dedicar el triunfo a quien tantas veces les hizo sonreír, fuera y dentro de un campo.El problema es que Nigeria, rival de los españoles, no entiende de amistades ni de romanticismos. Los africanos han aplastado todo lo que se han encontrado hasta el momento por el camino, hayan sido franceses, argentinos o alemanes. Su goleador, Chrisantus, es el máximo artillero del campeonato con siete tantos y otros muchos futbolistas también han destacado. Habrá rival enfrente y eso complica mucho más la tarea.

Ahora bien, el fútbol, ese chorro de enigmas inconclusos que acompañan al aficionado hasta la almohada, no es matemático. Más bien todo lo contrario. Eso permite que entren en juego otro tipo de elementos. Elementos como los sueños, las ilusiones, el orgullo, el coraje. Aspectos que se han ido labrando en la cantera española como respuesta al bajo nivel competitivo en grandes citas de su espejo, la Absoluta.

Todos los chicos se imaginan levantando un título con la Selección en el futuro. Cada vez con más fuerza. Es su sueño y el de todo un país. El ciclo formativo en el que están envueltos les sitúa aún lejos de ello, pero hoy les propone su primera hazaña a escala mundial. Hagan lo que hagan, su actuación ya ha sido tan buena como la mejor que se haya registrado en categoría Sub-17. Ante sí tienen la ocasión de mejorarla. Pero también de sentir lo que jamás han sentido los profesionales, saberse reyes del mundo y mirar al resto del planeta por debajo del hombro. ¿Bojan? El futuro le depara muchas finales así...