El Comité de Competición de la AFC (Asociación Asiática de Fútbol) ha desestimado el recurso impuesto por las selecciones de Corea del Norte, Tayikistán e Irak y estas tres selecciones finalmente no participarán en el campeonato Asiático Sub-16 que se disputará en Uzbekistán en octubre de este año. Hace ya un par de meses, los tres países, que se habían ganado una plaza en la fase de clasificación en el campo, fueron expulsados al quedar en evidencia pruebas que hablaban de uno o más jugadores en sus equipos que superaban el límite de edad reglamentario, marcado en este caso en los 16 años. Ahora se ha comprobado que, efectivamente, hicieron trampas. El método MRI (Imagimática de la Resonancia Magnética), impuesto por la FIFA con éxito desde hace ya unos años, ha vuelto a mostrarse inflexible con los tramposos y da tranquilidad con respecto al futuro, pues ya no habrá selecciones africanas o asiáticas que campen a sus anchas en torneos como éstos. Se da la circunstancia de que además de estos tres países clasificados, Bután, Camboya, Bangladesh, Kyrzygistán y Macau también alinearon jugadores más mayores de lo permitido en la fase de clasificación, aunque a ninguno de ellos les sirvió para clasificarse. Esto habla de la 'barra libre' con la que actúan algunas federaciones pequeñas en busca de la gloria por un día. Afortunadamente, todos ellos han sido sancionados para que no se les ocurra volver a hacer jugarretas de este tipo.
El MRI es un sistema creado por los investigadores Greulich y Pyle en 1959. Se trata de una tabla por la cual se puede comparar con exactitud la edad ósea con la edad cronológica. Así, todos los equipos que participan en campeonatos oficiales a nivel de selecciones inferiores están obligados a pasar por este análisis carpal. La resonancia magnética se realiza en la parte anterior de la muñeca izquierda y es suficiente para comprobar la edad ósea de cada jugador. Para ello se ve el nivel de desplazamiento de los cartílagos, que no dejan de crecer hasta los 20 ó 21 años, y se compara después en la tabla de Greulich y Pyle (en el gráfico de la derecha), por el cual se puede saber la edad exacta del intervenido. Todos los sistemas antiguos, como el del estado de los dientes, han quedado atrás una vez comprobado que la muñeca es la mejor indicadora de los cambios de edad. Tampoco es necesaria una prueba de ADN. La madurez ósea se determina por el grado de mineralización de los huesos y se evalúan los huesos del carpo, metacarpo y falange de los dedos, además de una serie de procesos de desarrollo que aparecen de forma regular durante el crecimiento.
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